CERTIFICACIONES ENERGÉTICAS.
La normativa
El Real Decreto
por el que se aprueba el procedimiento básico para la
certificación energética de los edificios se
encuentra ya en vigor.
Establece que a
partir de 2013 toda vivienda que se ponga en venta o alquiler
debe disponer de un certificado energético. Su validez
será de 10 años.
La certificación
energética tendrá efectos inmediatos sobre el mercado
inmobiliario. Los clientes descartarán casi por sistema las
viviendas con peores etiquetas energéticas. Ello levará a la
depreciación de estas viviendas.
Más detalles sobre la
certificación energética
La certificación
energética de un edificio o unidad del mismo es el proceso por
el que se verifica la calificación de eficiencia energética
obtenida por el edificio. Calcula el consumo anual de energía
necesario para satisfacer la demanda energética del edificio en
unas condiciones normales de funcionamiento y ocupación.
La certificación
energética del edificio incluye la calefacción, refrigeración,
ventilación, producción de agua caliente sanitaria y la
iluminación.
Es por tanto una
medida comparativa de la economía de la factura energética de la
vivienda, edificio o local.
Dicho proceso
conduce a la expedición de un certificado energético y
asignación de una etiqueta de eficiencia energética. Será
suscrito por técnicos certificadores que estén en posesión de la
titulación académica y profesional habilitante para realizar la
certificación energética
Certificado energético de
vivienda
Los
consumidores comprenden de forma natural las ventajas del
Certificado Energético de viviendas. Pero el propietario de
una vivienda puede sacarle no pocas ventajas comerciales, pese a
que en un principio el certificado energético de vivienda le
pueda parecer un gasto inútil y contrario a sus intereses.
Tener un
Certificado Energético de vivienda con una alta calificación, o
al menos superior al del resto de su entorno, produce para el
propietario las siguientes ventajas:
1. Mayor valor de
mercado. La vivienda con un buen certificado energético se
diferenciará del resto viviendas similares adquiriendo un valor
añadido en su venta o alquiler. Este valor aumenta a costa de
los valores del resto de viviendas parecidas pero de peor
certificado energético.
2. Comercialmente
aporta una imagen “verde”, tan apreciada ideológicamente por una
mayoría de la población, muy predispuesta a valorar este factor.
3. Mayores tasas
de ocupación y venta. Al estar diferenciadas comercialmente por
su mejor certificado energético, estas viviendas se
venden antes. También sus rentas son más elevadas que la de
viviendas similares con peor calificación.
4. Menores costes
en gastos de energía y de mantenimiento. Las viviendas con un
buen certificado energético consumen menos energía punta, y por
ello pueden contratarse potencias eléctricas más reducidas, con
lo que el término de energía del recibo de la luz (el fijo)
desciende muy considerablemente. Este es el efecto más temido
por las compañías eléctricas, firmes opositoras de la normativa
que ampara el certificado energético de viviendas.
Tener un
Certificado Energético de vivienda con una alta calificación, o
al menos superior al del resto de su entorno, produce para el
propietario las siguientes ventajas:
Para el
propietario no existe la obligación de poseer un certificado
energético de vivienda con un nivel mínimo exigido. Pero lo
aconsejable, en caso de obtener un pésimo certificado energético
de vivienda, es realizar unas discretas mejoras. En la mayor
parte de los casos, con una pequeña inversión se puede aumentar
mucho el valor de la vivienda en el mercado.
Como precaución
principal, el propietario debe optar por confiar el cálculo de
su certificado energético de vivienda a técnicos certificadores
bien formados y cualificados, que al afinar mucho más los
cálculos le pueden dar a su vivienda la calificación que
legítimamente se merece. Ha de saberse que, si el técnico
certificador calcula la etiqueta utilizando los datos
estadísticos por defecto que llevan incorporados los programas
oficiales de cálculo, conseguirá certificados energéticos de
vivienda con etiquetas peores hasta en dos grados que si hubiera
utilizado los llamados “valores conocidos o comprobados” cuya
determinación requiere una excelente formación específica del
técnico. Huelga decir esa diferencia de dos grados supondría una
depreciación de la vivienda en el mercado, calculada en un 25%.
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